Trabajo de investigación realizado por los alumnos de 2º Grado en Grafología, del Centro de Grafología Sandra Cerro. 

Relación de autores: Beatriz Ibarra, Rebeca Cacho, Susana Cuétara, Iannis Doulopoulos, Susana García, Gloria Gotor, Mª Ángeles Hernández, Rosa Molina, Cristina Moltó, María de los Ángeles Sinatra.

Coordinación y montaje: Sandra Mª Cerro

Junio 2017, Madrid

Presentación

 

Este año se conmemora el centenario del nacimiento de José Luis Sampedro, prestigioso escritor, humanista y economista, que fue titular del sillón F de la Real Academia Española.

A pesar de que a lo largo de su vida destacó tanto en su vertiente económica, donde llegó a colaborar con el Banco Mundial, como en la docente, siendo catedrático de economía en la Universidad Complutense, es su labor como escritor lo que nos acerca a la figura de José Luis Sampedro.

Sus novelas Octubre, Octubre y La sonrisa etrusca, entre otras, le sitúan como uno de los principales escritores en lengua española del siglo XX.

No podemos olvidar tampoco su compromiso social. Como economista fue, desde su juventud, un crítico activo contra el capitalismo y consumismo en el que vivimos, lo que le convirtió en uno del principales intelectuales españoles que apoyó el movimiento del 15 M.

Los alumnos de 2º Grado en Grafología, del Centro de Grafología Sandra Cerro hemos querido rendir un homenaje a José Luis Sampedro en su centenario a través de este estudio grafológico de su escritura.

Todos aprendemos a escribir con unas normas caligráficas similares, pero una vez que crecemos y evoluciona, nuestra escritura es única, distinta a todas las demás, y por tanto, se convierte en una proyección de nosotros mismos.

La grafología es una técnica científica que nos permite, a través del análisis de la escritura, adentrarnos en la personalidad de quien escribe, conociendo sus características intelectuales, sociabilidad, comportamiento, motivaciones o ambiciones, entre otros aspectos.

En el presente estudio vamos a mostrar al lector, con la ayuda de textos manuscritos de José Luis Sampedro, la técnica grafológica utilizada para el análisis, indicando el significado e interpretación dados a los distintos rasgos específicos de su escritura.

Posteriormente, desarrollaremos el informe grafológico en el que, principalmente, se estudiarán los aspectos intelectuales, volitivos y de carácter y comportamiento.

La cronología de los textos analizados, que se suceden a lo largo de más de 50 años, nos permitirá, así mismo, realizar un estudio evolutivo para valorar cómo estas características fueron evolucionando a lo largo de su vida.

Estamos convencidos de que la lectura de este trabajo reincidirá en la imagen que tenemos de la figura de José Luis Sampedro como humanista de mente lúcida, vitalista, y comprometido con los problemas y la sociedad de su época.

Rasgos generales de la escritura de Sampedro

Se analizan, en este apartado, los principales parámetros morfológicos de la escritura de José Luis Sampedro, así como las letras reflejas más destacadas, con su correspondiente interpretación grafológica.

 

Análisis morfológico de las grafías

 

  • Tamaño de la escritura.

El tamaño de la letra de José Luis Sampedro es normal, lo que supone un equilibrio entre introversión y extroversión, entre la capacidad de análisis y la capacidad de síntesis, ofreciendo, además, una visión objetiva de si mismo y una sana autoestima.

Se trata de una escritura que mantiene sus valores más o menos constantes a lo largo de todo el escrito, lo que implica buena capacidad de trabajo, predominio de la lógica sobre la intuición, así como  constancia y capacidad de concentración. Esta constancia supone un autocontrol adecuado en situaciones más o menos comprometidas, no dejándose influir demasiado por el ambiente.

Las crestas y pies de la escritura son proporcionados, con lo que se podría decir que existe un equilibrio entre lo espiritual y lo material, se da una imaginación reglada y una sensualidad equilibrada.

Al analizar el tamaño de las mayúsculas a lo largo de los escritos se observa que tienen un tamaño normal y proporcionadas en relación al cuerpo central del escrito, lo que hace pensar que Sampedro se valora a sí mismo de una manera objetiva, con un sano concepto de sí mismo. Traza las mayúsculas de manera sencilla, lo que refleja a una persona de buen gusto, de una inteligencia profunda unida a una gran sensibilidad y que posee sentido práctico. El hecho de que la mayoría de las letras mayúsculas aparezcan unidas a la letra siguiente un cierto punto de irreflexión inicial, de no pensar las cosas antes de actuar, aunque después, una vez embarcado en la acción, modera este aspecto.

  • Forma de la escritura.

Se trata de una escritura de forma muy personalizada, con rasgos de originalidad, dentro de la sencillez del conjunto. Es una escritura evolucionada, joven y espontánea, que denota una gran fuerza de personalidad, ideas innovadoras y una extraordinaria energía vital.

Es mixta, posee una mezcla de ángulos y curvas, lo que corresponde a un equilibrio de temperamento del individuo, que será intermedia entre la rigidez y fuerza que supone el ángulo, y la adaptación y amabilidad que la curva implica.

Por lo que se refiere al movimiento gráfico de la guirnalda que aparece en su escritura, que consiste en la formación de las letras “m” y “n” cerrándolas por abajo, llegando a confundirse con una “u”, indica la existencia de una personalidad receptiva y con afán de comunicación.

Su escritura es sencilla lo que supone claridad de ideas, sentido práctico, gusto por lo simple y llano de las cosas, sin perderse en vanidades.

  • Dirección de las líneas.

En relación a la dirección, se mantiene estable a lo largo de los manuscritos. Manteniendo una uniformidad sin cambios bruscos en ascendencia o descendencia.

Se podría hablar de una linealidad horizontal flexible, porque existe cierto movimiento en la línea de base del renglón, dentro de la rectitud de la misma. De ésta se deduce un estado de ánimo equilibrado y una buena capacidad de adaptación al entorno, habilidad para amoldarse a los cambios vitales,  a situaciones imprevistas o a diferentes compañías, con naturalidad, siendo flexible en criterios e ideas.

A primera vista, se produce una sensación de regularidad, pero si miramos en detalle, se detectan  ligeros cambios en dirección ascendente y en unos de sus últimos escritos ligeras oscilaciones  (2012). Esto puede deberse a un estado de ánimo coyuntural del momento, pues en el resto del mismo escrito, se cobra de nuevo la estabilidad en sus líneas. En determinados momentos muestra entusiasmo y cierta orientación al logro de metas.

  • Inclinación de las letras.

En la mayor parte de los escritos analizados, aparece como predominante la inclinación vertical muy vibrante, signo de autocontrol y equilibrio sumado a una fuerte emotividad. La capacidad afectiva está basada en el control y dominio de sí mismo. Los afectos y sentimientos no se dan de manera impulsiva sino meditada, sin perder la cordialidad. Se trata de una persona selectiva para los afectos, cuyas amistades pasan por un filtro de evaluación previo al acceso a su círculo de confianza. Es una persona constante en el trabajo, aunque con un toque de versatilidad. Se le dan bien las relaciones públicas, dado su tacto y diplomacia, fruto de ese control afectivo. Se trata de una persona altruista y sincera, con un comportamiento previsible e inspiradora de confianza.

Inclinación de la escritura

  • Cohesión entre letras:

Se trata de una escritura de cohesión agrupada, con presencia de ligados en la parte superior de las letras, así como de rasgos progresivos tanto en crestas como en pies. Esto nos habla de una extraordinaria inteligencia, mente despierta y creativa, iniciativa en la acción, apertura y entrega social, así como un notable razonamiento de tipo estratégico.

Cohesión de la escritura

  • Presión:

En líneas generales se puede decir que es una presión normal y uniforme. Destaca en este aspecto una persona con buen equilibrio, con carácter templado que le permite dominar el control de la situación.

Se pueden apreciar tintes más firmes en los trazos verticales, apoyados también por un pequeño aumento de tamaño respecto al cuerpo central. Según lo mencionado anteriormente, podría aportarle seguridad en sí mismo en el control de confrontar las cosas, además de vitalidad y madurez que reforzarán el realismo en su equilibrio.

  • Velocidad:

La velocidad en la escritura es ágil aunque controlada. Cuenta con ligados ágiles, así como dinamismo en la puntuación. Esto se refiere a una mente rica, ocurrente y bulliciosa en ideas, pero que luego es moderada a la hora de poner esas ideas en acción. Así, se puede hablar de una persona en la que el equilibrio vuelve a destacar en su personalidad. La cantidad en su trabajo no está reñida con la calidad que le da al mismo.

  • Orden:

En lo que al orden se refiere,  el escritor mantiene una letra legible que se entiende sin dificultad alguna. Claridad en los trazos y en la ejecución de las letras facilita la comprensión del texto, por lo que se puede deducir una persona con integridad en sus actos y pensamiento, que se muestra con naturalidad en su entorno social. En definitiva, una persona con lucidez mental y franqueza, en la que se puede confiar.

Mantiene siempre una organización en las páginas, con márgenes cuidados y respetando las sangrías, ya sea en escritos de ensayo para sus obras como en dedicatorias a nivel personal. Se aprecia así, orden en sus ideas, reforzando la claridad de pensamiento. Capacidad de planificar, dotando así de calidad a sus trabajos, sentido de responsabilidad y respeto en el entorno. Se trata de una persona comprometida y sentido del deber. La tendencia a aproximarse al margen derecho implica espíritu emprendedor, capacidad de iniciativa, valentía al caminar hacia el futuro.

Análisis de firma y rúbrica

 

En la imagen inferior se puede apreciar la similitud de la letra del cuerpo del texto con la firma personal del autor. Existe coherencia en todos los ámbitos en los que el autor se desenvuelve: parte social (texto) y la parte íntima (firma). La interpretación al respecto es la integridad personal, sin enmascaramientos. Es el reflejo de una persona confiable y honesta, poseedora además de una buena y sana autoestima.

La presencia de una rúbrica sencilla, con tan sólo un subrayado de línea inferior, nos confirma la honestidad y sinceridad anterior. El autor no se encubre, no se enmascara, se siente orgulloso de sí mismo y es honesto consigo y con los demás. Tan sólo parece reclamar un leve reconocimiento, una palmada en la espalda por parte de otros.

Firma de José Luis Sampedro

 

Análisis de las principales letras reflejas

 

Las letras reflejas son aquellas que, por su estructura singular, tienen un significado grafológico propio, aunque nunca pueden interpretarse como gestos aislados, sino integradas dentro del contexto gráfico general. Constituyen un análisis complementario que en ocasiones puede sumar una información interesante de algún aspecto de la personalidad.

En los escritos de José Luis Sampedro, se han analizado las que se consideran más significativas de su grafía:

– Letra t: es la letra que define la fuerza de voluntad de una persona, así como sus dotes de autoridad y liderazgo, entre otros rasgos gráficos. La “t” de Sampedro tiene un claro predominio de la barra situada alta, rasgo insigne de las personas con tendencia al mando, a saber imponerse por encima de los demás.

También aparecen “tes” con doble barra, rasgo de perseverancia y tesón, de tendencia a duplicar los esfuerzos, a sacar fuerzas de sus flaqueza, voluntad afianzada, gran obstinación y tenacidad.

Letra t

– Letra d: es la letra de la creatividad por excelencia. La presencia de bucle en la cresta, ligado por la parte superior a la letra siguiente, denota agilidad, inteligencia lógica y despierta, imaginación rica y creatividad.

Letra d

Óvalos: en general son cerrados, lo que implica reserva, prudencia, capacidad para guardar secretos, confianza solamente hacia el círculo más íntimo.

Letra i: es la letra de la atención a los detalles, la precisión y el cuidado de las pequeñas cosas. Aparece con punto sencillo y con puntuación ágil, lo que nos habla de agilidad mental e ideas que vuelan de forma fluida.

Letra i

Letras m y n: predominan en su forma abierta, en forma de guirnalda o de “u”, lo que indica apertura hacia la comunicación.

Letras m y n

Estudio evolutivo de la escritura de José Luis Sampedro

Estudio evolutivo escritura de Sampedro

Grafología evolutiva

La grafología evolutiva es la especialidad de la grafología que estudia la formación y desarrollo de la escritura en las diferentes etapas o edades del individuo. Nuestro estudio a continuación se basa, dentro de esta rama de la grafología, en determinar qué puntos son sujeto de modificación dentro de la caligrafía con el paso de los años y en el análisis concreto de varios manuscritos de José Luis Sampedro confeccionados en distintos puntos de su vida para determinar los cambios experimentados reflejados en su caligrafía.

De manera más o menos general, con la edad, la escritura experimenta (dejando de lado particularidades de cada individuo) los cambios siguientes:

– Aumento de tamaño: las letras son más grandes por la dificultad física que supone tener más precisión en los movimientos.

– Caligrafía lenta: la velocidad para escribir es menor, se ralentiza el ritmo.

– Aumento de ligados: la dificultad que supone levantar el útil en cada letra hace que la mano pase más tiempo sobre el papel.

– Óvalos geométricos: de nuevo las limitaciones motoras que hacen los movimientos más imprecisos provocan dificultades para trazar los círculos u óvalos que componen letras como la a o la o.

– Temblores: especialmente en las hampas o crestas, es decir, en los trazos más verticales de las letras que han de prolongarse hacia arriba.

– Simplificación: algunas letras se muestran incompletas o sus formas se vuelven más sencillas debido a una articulación más pobre.

 

Evolución de la escritura de José Luis Sampedro.

Como hemos visto anteriormente, son muchos los factores que pueden influir sobre la escritura a mano y sobre la caligrafía de una persona con el paso del tiempo. Todas las personas, en mayor o menor medida, sufrimos estos cambios, al igual que experimentamos o nos afectan tantas otras alteraciones relacionadas con el envejecimiento. En el caso concreto que nos ocupa, estamos ante una persona que con el devenir de los años se mantuvo muy activa. Intelectualmente no perdió, al menos de manera general, su agilidad mental ni sus capacidades. Cultivó su espíritu intelectual hasta prácticamente sus últimos días.

Por todo lo anterior, y ya que la escritura es el reflejo de los que somos y de cómo somos, este caso concreto objeto de estudio –esta escritura– se nos revela como una muy buena excepción de que no siempre la edad es sinónimo de deterioro drástico (refiriéndonos con ello al intelecto).

Evidentemente, todo cambio en la caligrafía será inevitable, al igual que todo cambio en la persona lo será, y más aún si entra en relación con las distintas fases vitales, como hemos descrito más arriba. No obstante, y en lo referido a José Luis Sampedro, la vitalidad, energía y fuerza permanecen invariables –o, al menos, no pierden fuelle de manera muy marcada.

Los cambios “inevitables” que se manifiestan en la escritura de Sampedro están más latentes en los escritos de la última etapa de su vida. Se observan cambios en la disposición de los márgenes, quizá derivados de una menor visión espacial y del control de los movimientos propios. No obstante, también queda patente esa consciencia y afán de vitalidad que se pone de manifiesto al corregir esta orientación de los márgenes a lo largo del escrito.

A su vez, vemos una tendencia a la disminución del tamaño de la escritura. Por lo general, los problemas motores experimentados durante la vejez dan lugar a una caligrafía de tamaño más grande, ya que la pinza fina o el modo de sujetar el útil y la limitación de movimientos en muñeca y dedos son menos precisos y los giros o juegos, más amplios. Concretamente en este punto, se puede pensar que esta disminución del tamaño con respecto a escritos de épocas anteriores puede deberse a un ritmo de escritura más pausado, que no “descontrola” ni lanza el trazo para ampliarlo. Por supuesto, y como hemos descrito más arriba, este ritmo o agilidad del que hablamos en el caso de Sampedro se refiere exclusivamente al factor físico, no así al intelectual.

La firma también revela esa mesura en el escrito, quedando más trazada y con menos rasgos fugados o exagerados.

El ligado interletras es también mayor en esta última etapa del escritor. El origen de ello podría deberse a una mayor dificultad para levantar el útil y volverlo a posar sobre el papel, siendo físicamente más fácil y suponiendo menor cansancio físico mantenerlo más pegado al papel.

La pérdida de ascendencia en los renglones evidencia un signo del desgaste físico condicionado por la edad. Aunque los renglones tienden a caer y pierden su habitual tendencia ascendente, logra mantener la horizontalidad, lo que en grafología revela que estamos ante una persona con un buen estado anímico.

Las limitaciones motrices también influyen sobre las llamadas zonas gráficas. En este caso, se observa un predominio del cuerpo central en el escrito, es decir, en la escritura no se proyectan las crestas (parte superior de las letras) ni los pies (parte inferior), sino que las letras prácticamente quedan trazadas por completo en el centro, resultando todas a casi la misma altura.

Por último, cabe destacar el leve temblor que se observa al trazar la línea de subrayado, que pone de manifiesto la lentitud con que se traza y la menor desenvoltura motriz a la hora de trazarla. No sucede así en el caso de la firma, debido con toda probabilidad a que el movimiento en ella está más asimilado y se realiza de manera más inconsciente y a mayor velocidad, sin titubeos.

Por contra, rasgos fundamentales que definen la escritura de Sampedro sí se mantuvieron en sus manuscritos con el paso de los años. Hablamos, por supuesto, de todos aquellos que evidencian su vitalidad, energía, mente privilegiada y activa y creatividad e imaginación.

En este punto, y tras el análisis de su evolución gráfica, es importante señalar que la dirección ascendente, optimista, observada a través de sus escritos a lo largo del tiempo no es algo coyuntural, es decir, no responde a un estado de ánimo puntual en el momento en que escribe, sino que se corresponde a una actitud vital: este optimismo es un rasgo que define la personalidad de Sampedro y está arraigado en él, independientemente del ánimo en momentos puntuales.

 

Conclusiones

Hemos de tener en cuenta que, para nuestro estudio, no ha sido posible tener en cuenta la presión en los escritos, ya que las circunstancias han impedido trabajar directamente con manuscritos originales. Por ello, este rasgo está condicionado y pasa por alto la información que puede proporcionarnos en relación a las variaciones o alteraciones.

Podría decirse que José Luis Sampedro es el mejor ejemplo para afirmar que la vejez no es siempre sinónimo de deterioro o de decadencia, sino que puede convertirse en la etapa cumbre que ponga el broche de oro a toda una vida de trabajo y de culto al intelecto.

Como él mismo afirmaba con su ya célebre frase, “deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar”.. Quizá Sampedro pretendía predicar con el ejemplo y estaba dispuesto a poner en práctica esa filosofía consigo mismo, vital hasta el final.

Estudio grafológico de personalidad

Estudio grafológico de José Luis Sampedro

El creativo sentimental

 

La escritura de José Luis Sampedro nos muestra a una persona con dos tipos de inteligencia dominantes: la inteligencia lingüística y la musical. Es decir, tiene una sensibilidad especial para captar los sonidos y discriminar tonos y sonidos, que además combina con una gran capacidad en el manejo del lenguaje, tanto en su modalidad oral como en la escrita. Por otro lado, siguiendo la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, destaca una inteligencia interpersonal, que indica que Sampedro tiene una gran habilidad para crear vínculos con otras personas y para percibir las emociones y estados de ánimos de las personas que le rodean.

Se trata de una persona con gran claridad de pensamiento y además con un razonamiento ágil. Una agilidad vinculada a su creatividad pero que no implica un descontrol o comportamiento impulsivo.

Posee un alto nivel de inteligencia emocional, con capacidad para ilusionarse ante nuevos proyectos buscando alternativas para tener una vida plena y feliz, y gusto por estar aprendiendo continuamente. Además, son firmes cuando la situación lo requiere.

Ante su observación del entorno, muestra un equilibrio entre una visión global y de detalle, es decir, combina bien el hecho de ir desde lo genérico hasta el detalle o, por el contrario, analizando en profundidad cada una de las cuestiones antes de conformar una opinión general.

Posee la objetividad suficiente para percibir la realidad y a las personas tal y como son, valorándolas y juzgándolas desde un punto de vista realista. Aunque es consciente del mundo real que le rodea, es capaz de inventar y trascender a un mundo ideal.

En su percepción de la realidad, tiene especial sensibilidad para captar las imágenes, formas y sonidos, destacando aquellos aspectos relacionados con la música.

La emotividad es un rasgo claramente representativo en la escritura de Sampedro y lo que está claro es que existe por su parte una propensión natural a dejarse llevar por los sentimientos, la compasión y la ternura, a tenor de su sensibilidad. Lo que nos lleva a subrayar su tendencia a reaccionar de forma emotiva y sentimental, así como expresar amistad y afecto a aquellos que le rodean, dado su grado de afectividad.

Si al principio aludíamos a su coherencia y congruencia, la sinceridad, el comportamiento ético, respeto y convivencia también son rasgos muy presentes a lo largo de sus escritos. Por ello, hablar de una personalidad sin dobleces, de buena fe, que genera confianza y se muestra tal cual es en todos los ámbitos, en su caso concreto, es, estar en lo cierto, especialmente si atendemos a su actitud ética, consideración o deferencia hacia los demás o respeto de los límites y normas establecidas en el entorno social.

Debemos destacar sus dotes comunicativas, habilidades sociales, en especial, empatía, además de su carisma y capacidad de seducción y persuasión. Éstas últimas son las que le proporcionan la oportunidad de transmitir informaciones de forma clara, para escuchar y entender a los demás, abrir canales de comunicación y relación (formales e informales); identificar, comprender y conectar con las emociones, problemas o sentimientos de los demás y, algo  tan significativo como el hecho de seducir y convencer, hacerse escuchar y generar impacto en los demás

Entre sus competencias destacan su capacidad de análisis y de síntesis. El análisis se proporciona elementos de juicio, conocimientos, información significativa y argumentos, que reunidos al realizar la síntesis permiten reconstruir el todo o construir un nuevo todo cuando se suman los elementos de una situación. Esta habilidad precisa de una alta capacidad de observación, manteniendo una constante curiosidad por conocer y contemplar a las personas y circunstancias que le rodean.

En trabajos y proyectos aprovecha su alta capacidad de atención y concentración, lo que le permite dejar a un lado las distracciones y centrarse en sus objetivos para lograr su consecución.

Se trata de una persona sentimental y emotiva, pero, generalmente, sus acciones están guiadas por un razonamiento lógico. Suele tomarse su tiempo para valorar los pros y los contras de cada situación y dedicar tiempo antes de decidirse de su plan de acción. Su prioridad es la seguridad y no arriesgarse sin razón. En estas decisiones dos compañeros fundamentales son la lógica y la intuición, pues dispone de las dos en su justa medida. Por un lado, opta guiarse por seguir las leyes y todo lo demostrado científicamente y por otro escucha su intuición, se fía de su capacidad de entender las cosas inmediatamente sin que se implique ninguna ley científica.

Es pragmático, se guía por los dictados del cerebro por encima de los del corazón con gran control y autodominio sobre si mismo.

Su escritura refleja a una persona con imaginación y creatividad, con capacidad para inventar ideas nuevas y desarrollarlas con un alto concepto de la estética.  Posee una mente muy activa pero que siempre mantiene controlada en un claro equilibrio entre reflexión e irreflexión.

El orden y la organización, así como una extraordinaria memoria, también, son rasgos dominantes en su personalidad. En primer lugar, por la capacidad para disponer las cosas en el lugar que le corresponde y, en segundo, por la capacidad para ordenar las cosas, actividades o tiempos, con cierta previsión y conforme a un diseño o estructura que, a la vez, posee. Y, todo ello, con el añadido, tal y como se ha dicho, de una buena memoria con la que fijar datos en la mente y poder evocarlos con el paso del tiempo.

Es capaz de relacionar con rapidez unas ideas con otras, anticipar acontecimientos y exponer varios enfoques razonables, prácticos e innovadores. Tiene buenas habilidades resolutivas y es eficaz en la toma de decisiones.

En general, su manera de pensar es simplificada, entendiendo esto como concisa, práctica, focalizada. No se queda en aspectos generales o superfluos, sino que busca lo esencial de las cosas.

Tiene un razonamiento de tipo estratégico. Es capaz de pensar y razonar exponiendo múltiples ideas. Puede combinar ideas pasados con ideas presentes e incluso futuras anticipando acontecimientos. Otra característica muy importante es que le se ve capaz de combinar enfoques de distintos puntos de vista.

 

Un hombre vitalista y decidido

 

Persona con una gran carga de energía vital y de gran fortaleza que mantiene de forma continuada y sin bloqueos y una buena salud psicofísica. En el desarrollo de sus actividades mantiene un buen ritmo de trabajo sin que ello suponga una disminución en su rendimiento no  dejándose llevar  por la pereza, gestionando muy bien sus capacidades y habilidades para la consecución de un resultado óptimo y satisfactorio.

Posee una mentalidad flexible, abierta, tolerante y comprensiva con los demás; su punto de vista y sus opiniones. Es capaz de reconocer sus errores y de rectificar posturas si percibe que su razonamiento fue erróneo. Se adapta fácilmente a distintas situaciones y a los cambios imprevistos, tanto de personas como de situaciones, utilizando para ello los medios o recursos de que disponga en ese momento.

Afronta con serenidad y con gran autocontrol de sus emociones las situaciones difíciles antes de actuar. Es decidido, defiende con aplomo y gran seguridad sus opiniones y posturas y es valiente a la hora de afrontar nuevos retos, enfrentando los posibles riesgos que  puedan surgir y con un alto nivel de respuesta eficaz y eficiente, anticipándose a los acontecimientos con independencia de criterio.

Es una persona que canaliza bien la energía, mantiene su impulso vital de forma continuada. Es activo, capaz de trabajar con un ritmo de actividad sostenido,  bien en situaciones cambiantes o jornadas extensas, sin que el rendimiento se vea afectado.

Tiene una personalidad vibrante, activa; su energía y fortaleza le ayudan a afrontar todo tipo de situaciones que le puedan surgir, buscando soluciones efectivas para salir adelante.

Es consciente de sus aptitudes y habilidades, lo que le permite una buena gestión de éstas en momentos puntuales, de manera que obtiene resultados satisfactorios y eficaces.

Su mentalidad abierta y capacidad de empatizar le permite trabajar en distintos entornos y con personas diversas. Es tolerante con las opiniones y puntos de vista de los demás. Además, no tiene problemas en reconocer sus errores y, en su caso, rectificar.

Desarrolla una capacidad crítica para valorar el mundo que le rodea, dando a cada momento su importancia, es una persona que sabe disfrutar y rodearse de influencias enriquecedoras de las que se nutre. Tiene una importante energía interior y está seguro de sus convicciones.

Es una persona con un óptimo concepto del respeto y consideración hacia los demás, que demuestra en sus actos, en su convivencia diaria en sociedad. Tiene un carácter afable y conciliador, poco amigo de los conflictos que no se puedan solucionar con acuerdos y tratos cordiales.

Presenta un equilibrado auto-concepto de sí mismo y una estabilidad emocional consecuente con ello, otorgándole esto una buena situación para enfrentar cualquier etapa con templanza.

Es sencillo y humilde en su forma de ser, con la delicadeza necesaria para ser capaz de ver desde lo alto sin estar por encima de nadie, así demuestra una naturalidad y espontaneidad que le caracterizan y le acercan a los demás. También es sincero y seguro de sí mismo, no suele dar un paso en falso sin antes haber sopesado cada uno de los pros y de los contras. Demuestra honestidad, siendo una persona que se muestra tal cuál es a los demás, propiciando una confianza sin engaños.

Tiene predisposición a emprender nuevas acciones, crear oportunidades y mejorar resultados por iniciativa propia, sin necesidad de un requerimiento externo que lo empuje. No obstante, aunque es una persona decidida, esta capacidad de iniciativa se ve en ocasiones frenada por él mismo a la hora de actuar.

Tiene un carácter en cierta medida autoritario. Sabe imponerse, aunque con templanza y mesura, Podemos decir que se trata de una persona carismática, con iniciativa y autorrealización. Se muestra una actitud valiente y proactiva que no duda coger nuevos caminos y enfrentar nuevos retos.  Habría que añadir el liderazgo ya que todas estas características componen el perfil de un líder carismático e inspirador para los demás ya que es constante mostrando firmeza y perseverancia en sus propósitos. Revela tendencia o deseos de persistir y perseverar en lo emprendido y está dispuesto a realizar los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo fijado. Firme y seguro de sí mismo, muestra una alta resistencia ante las adversidades y frustraciones.

Le gustan los trabajos de calidad, optimizar los recursos de que dispone y cuidar al detalle sus proyectos, sin detrimento de la cantidad de trabajo que deba realizar.

Es un gran planificador, aprovecha el tiempo. Es capaz de acometer distintas tareas a la vez sin que por ello se vea afectado el resultado final de cada una de ellas y obteniendo un nivel satisfactorio de resultado o finalización.

 

El rostro de la honestidad y la empatía

 

Existe coherencia entre el yo aparente -social o profesional- y el yo real -íntimo y familiar-, dada su congruencia entre lo que dice y hace, sinceridad, ideas claras y valores morales y éticos y, por consiguiente, honestidad y transparencia en su proceder y forma de estar en el mundo.

Es una persona coherente, de actuación íntegra. Sus actos son el reflejo de sus palabras y pensamientos. Tiene las ideas claras. Es honesto tanto en pensamiento como en comportamiento, y  previsible, dado que siempre se muestra tal y como es y de conducta intachable.

Sensible y sincero, es un hombre que va siempre de buena fe e inspira confianza. De naturaleza templada y controlada en sus impulsos, se conoce muy bien a si mismo, y valora de forma sana y objetiva sus capacidades y habilidades sin necesidad de recurrir a la comparación con otras personas.

Es natural y espontáneo, no le gusta la ostentación ni el artificio. Le gusta relacionarse con otras personas a través de canales formales o informales, compartir con ellas sentimientos y pensamientos mostrando afecto y amistad. Sabe escuchar, identificar y comprender las emociones y problemas de otros.

En las relaciones con los demás posee un trato natural abierto a la comunicación teniendo respeto y consideración hacia los demás. El contacto con las personas suele ser cortés, correcto y respetuoso de una forma espontánea. Es coherente con sus ideas y sus pensamientos tanto en lo laboral como en lo familiar.

Es una persona bastante extrovertida, que sabe guardar las formas adaptándose a las situaciones que le toca vivir. Está inmerso en el grupo social, pero al mismo tiempo independiente de él, manteniendo sus criterios propios. Sus dotes autoritarias no dan lugar a que otros le impongan ideas, maneras, actitudes, opiniones. Es más apto para mandar que para obedecer, aunque esto no quiere decir que no tenga facilidad para adaptarse a las opiniones, valores o criterios de otros.

Es una persona que ante todo prefiere la honestidad y la sinceridad antes que la diplomacia. La resistencia a la frustración es un rasgo destacable, existiendo un importante potencial de recuperación ante las adversidades. 

Es un hombre de gran carisma, que seduce y convence con sus actos y sus palabras, generando impacto en las impresiones, decisiones y actuaciones de los demás.

Su comportamiento se rige conforme a las normas de ética y moral que rigen la conducta humana, con respeto y consideración en los demás, respetando siempre los límites y normas de compañía desde la generosidad y armonía con el entorno social.

Si bien es firme en la consecución de los objetivos y metas que se propone, no lo realiza desde la ambición o en la búsqueda de  fama o riqueza, sino desde el deseo de autorrealización y de propio crecimiento personal y profesional.

Tiene los pies en la tierra, no se deja llevar fácilmente por el materialismo ni por un excesivo idealismo, manteniendo  en todo momento un perfecto equilibrio entre ambos.

De trato cordial y cercano, alejado de excesivos formalismos, aunque con elegancia y respeto hacia sus interlocutores, sin dejar de lado el buen gusto y las buenas maneras.

Su humor y estado de ánimo no se alteran con facilidad y ante situaciones potencialmente amenazantes o estresantes, tiende a evaluar de manera objetiva la situación y a reaccionar de manera proporcionada, sin dejarse desbordar por los acontecimientos.

Su estado de ánimo corresponde a una persona positiva y optimista que tiende a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.

Coordinación: Sandra Mª Cerro.

Tramitación y comunicación para la obtención de manuscritos: Gloria Gotor.

Fuente de imágenes: Asociación de Amigos de José Luis Sampedro.

ESPECIAL AGRADECIMIENTO a la Asociación de Amigos de José Luis Sampedro, en especial a Olga Lucas, Amaya Delgado y José Manuel Lucía, por su amabilidad al aportarnos los manuscritos de Sampedro sobre los que se ha realizado este estudio.

 

Madrid, Junio 2017

Centro de Grafología Sandra Cerro – www.sandracerro.com